Situado en la confluencia del río Cigüela (agua salda) y el río Guadiana (agua dulce) se encuentra el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Un humedal formado por el desbodamiento de ambos ríos debido a la falta de pendiente de la llanura manchega. Es reconocido como Parque Nacional desde 1973 y Reserva de la Biosfera desde 1981.
Hace unos años fue noticia durante varias semanas debido a la gran sequía que asolaba la zona y al afán por regar de los agricultores manchegos que hicieron descender el nivel freático de las aguas de forma alarmante.
La triste noticia era la autocombustión que se producía en la turba seca, provocando importantes incendios subterráneos que pudieron acabar con el parque. Afortunadamente, la lluvia llegó casi al mismo tiempo que el tardío trasvase desde el Tajo; y junto con las precipitaciones de este año, podemos disfrutar de las Tablas en todo su esplendor (aunque aquí se vean todavía un poco rostrisecas, pero ya las veremos mejor tras la incipiente primavera).
El parque se puede recorrer fácilmente paseando por los distintos puentes que unen los pequeños islotes que sobresalen del agua y en los que podemos encontrar diversas casetas para poder observar la fauna del parque sin molestarla. La fauna del parque está compuesta mayoritariamente por la focha común, el anade real y el pato colorado aunque también podemos ver aguiluchos laguneros, martines pescadores o la simple culebra de agua.
En cuanto a la fauna, destacan las variedades típicas manchegas como son las encinas, el carrizo, la salicaria o la enea entre otros.
Espero que os guste y que os decidais a visitarlo algun día, por lo menos mientras que tenga agua.
Hasta la próxima.
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